domingo, marzo 29, 2009

No te olvides la toalla cuando vayas a la playa

wo-wo, sa-la-la-lá, ye-ye-ye-yé...

Este himno ochentero de los legendarios Puturrú de Fuá, olvidados por mí pero míticos para algunos zaragozanos locos enganchados al no menos conocido "Un, Dos, Tres", me sirve para ilustrar la primera entrada de la nueva La fiebre del oro, ahora desde ZgZ!.

Sí, chavales y chavalas, para los despistados y aquellos que no hayan tenido la suerte de toparse conmigo en una de las numerosas despedidas-juergas de finales de febrero o principios de marzo, celebradas a lo largo y ancho de la geografía galega, os comunico solemnemente mi traslado a la (de verdad verdadera) ciudad del viento: Zaragoza (ZgZ).

Los motivos de este cambio de trabajo, residencia y costumbres, son numerosos y variados, así que me ahorraré los detalles. Simplemente, la vida es así.

A modo de cuaderno de lecciones, o best practices, me gustaría comenzar esta nueva etapa de mi febril blog personal con un homenaje a la tirita, un invento de 1920 todavía útil en la vida contemporánea.

En ZgZ, no te olvides la tirita cuando vayas de jarana. Ya sé, pierde la rima asonante, pero el mensaje cobra fuerza por comparación, y además el wo-wo, sa-la-la-lá, ye-ye-ye-yé lo aguanta todo :).

Por qué? Os lo explico resumiendo la historia de una tirita zaragozana, en 5 pasos:

1- Contexto: Grupo de amigos zgzanos/as, con vigués-coruñés anexo, baila al son de la música en garito del Casco maño.

2- Evento clave en la trama: Camarera de ojos claros se deja manosear su dedo anular por clientes habituales de codo en barra, con la excusa de envolver con celo un trozo de servilleta para-hemorragias.

3- Idea feliz: El espabilao de turno consigue, mediante brillantes gestiones, una tirita, más antiséptico yankie, y se dirige a la damisela en apuros: "Ven, te voy a hacer un favor...". "*Tú* a mí?".

[Inciso: la respuesta, podría haber sido más larga, como "Tú a mí? maño, estoy tras una barra, soy una diosa a la cual sólo le pueden dirigir la palabra otros dioses (camareros/as, RPs, y demás fauna nocturna) y los clientes muy habituales, los de codos pelaos de hacerme la pelota, los jueves con luna llena, en años bisiestos". Lo último se lo dejó en el tintero, pobrecica, estaba sangrando...]

4- Desenlace previo: Al ver la tirita, aquellos ojos claros miraron cortesmente a tan magno caballero, digno de recoger su mano de diosa con dulzura y firmeza inigualables, fruto de años de enfermería nunca estudiada.

5- Fin: Tras la cura, la obligada invitación a consumición a cuenta de la casa, fue amablemente rechazada para cambiarla por un par de besos (en la mejilla, los humanos y las diosas no deben relacionarse más allá) y un nombre.

Una pena no haber estado igualmente espabilado para quedar para las curas, el corte tenía mala pinta, pero en fin... a tirita por copa, la crisis será menos crisis.

Ya lo sabéis, primera lección desde ZgZ, No te olvides la toalla cuando vayas a la playa: